sábado, 27 de noviembre de 2010

Amores Infantiles ¿Cómo actuar cuando nuestros niños se enamoran...?

        Tengo poca edad para ser suegra.  Sin embargo, quien le explica eso a mi hija mediana; que no entiende que su corazón va mucho más rápido que su edad. Y es que a sus cortos nueve años, ha tenido tres largos romances… Cada uno aproximadamente de tres años.  Sí, eso le duran los enamoramientos a esta niña.  Son laaaaargos, y sin tener leña en el fuego… porque son de ella soliiiita.

La primera vez que tuve idea de esta situación, fue algo digno de una caricatura.  Salí a conversar con el grupo de vecinitos y encontré el cuadro: Mi hija mayor conversando despreocupada, mientras que un vecinito enamorado hacía bromas entre el grupo  y trataba de llamar su atención,  y en el medio de esa escena; mi reinita pequeña,  tratando de atravesarse para llamar la atención a su vez, de quien ni siquiera había notado su existencia; sino la de su hermana.

Aunque no lo crean,  esto se repitió durante los dos años siguientes.  El enamoramiento fue tal,  que regaló un Barney hermoso  que bailaba y cantaba, cuando tenía cinco años… ¿ Y adivinen a quién…?   Nada menos que a la hermanita del niño.  A la cuñadita… igual que hicimos nosotras,  en alguna ocasión.  ¡Gracias a Dios se mudaron al poco tiempo y entonces sí, fin del amor platónico,  como era de esperarse!

Esto se repitió de diferente forma,  pero con igual intensidad en Kinder, al poco tiempo de olvidar al primero.   Recuerden que a “Rey…”  Bueno ya ustedes saben,   parece que ella también se sabía el curso. 

El segundo no correspondió más que el primero.  Lo que más recuerdo de él,  fue una tarde en que la recogí en el colegio y ella aprovechó la ocasión para "presentármelo", pero dándole una correteada al asustado niño, el cual huía más, mientras ella más lo llamaba por un lado y me decía por el otro:  “Ven, acércate al bus, que te lo quiero presentar”. 

Esto último no se llegó a dar.  A pesar de su insistencia, tanto el niño,  como yo,  renunciamos a su empeño. Él por el susto y yo porque esta situación no era nada fluida, sino todo lo contrario.    Gracias a Dios, este también se mudó.  Se cambió de colegio y… “A otra cosa mariposa...”

No obstante todo lo anterior, desde hace ya dos años y medio supe que nuevamente tenía yerno y de la manera más brusca para una “Suegra”.  Encontré entre las pertenencias de mi “niñita” una tarjetita… Arrugadita, mal cuidada, pero intacto el texto: “Ya no es un secreto…”  -decía el escrito.  Y en un cuadrito que sostienen Pluto, Micky y otro perrito que no se quién es… habían escrito con una letra bastante malita: “si no algo más.”  

Recuerdo que hasta entonces estaba riendo, mi mente curiosa se preguntaba divertida:  ¿De quien será esto?  Imaginen mi cara al dar vuelta a la tarjetita y seguir leyendo: “…Me derrito por ti y qué?  Solo quería que lo supieras.”  decía la tarjeta. Y en el mismo cuadrito igual a la imagen frontal, habían escrito también: “que te amo, Fulanito.”  Y para sacarme de la incredulidad, firmaba: Ella, mi hija.

Asustada,  conversé con ella, me pareció que le gustaba el niño, pero nada importante.  Y paso el primer año, y así mismo pasó el segundo… Le comenté a su papá: “Hay que estar pendiente, uno nunca sabe…”  me dijo el exagerado.  Mi mamá “serena” me dijo:  “¡Ay, no!, ese niño es inofensivo…” Eso me tranquilizó por otro año.  Pero ya vamos por la mitad del tercero…  Y me enteré que le manda chocolates… “¡Mi madre, parece que este no es tan platónico nada!”, digo yo. 

Hace poco, me corroboró que le gustaba el niño todavía.  Y lo dijo tan tranquilita, con la serenidad del que tiene un secretito bonito.  “Me parece bien”, le mentí aparentando tranquilidad…   “Pero, tu sabes que las reglas son que puedes tener amigos, pero nada de “inventos” hasta que estés ya grande como tu hermana, ¿Verdad?”  Pregunté aterrada.  “¡Claro mamá, ya lo sé!”, me dijo impaciente. “¡Ah, bueno!”  Le volví a mentir.

Y es que no se que hacer… solo el tiempo,  las enseñanzas y los cuidados sobre ella lo dirán. 

La familia de este niño lleva toda mi vida viviendo donde están… La verdad, creo que este nunca se va a mudar… ¡Ay Dios, y ahora, ¿quién podrá ayudarme…?!


Mi lección:
No podemos controlar los gustos y sentimientos de nuestros hijos.  Mientras sean niños, mayormente el destino se desarrollará como quisiésemos para ellos, pero llegará el día en que las cosas se saldrán de nuestro control y en ese momento solo podremos confiar en nuestros cuidados y la educación que les dimos.  Estas serán sus mejores armas, entreguémoselas y dejémoslos actuar.

Artículo escrito originalmente para Revista Mamá de Hoy, http://www.mamadehoy.com/  Adaptado para este blog por su autora Nereida Patiño

lunes, 27 de septiembre de 2010

Saber que buscan los hombres en las mujeres para encontrar al hombre ideal

Me lo dijo en confianza un hombre europeo de unos 34 años, buena gente y recién divorciado.  Me dijo que había estado en un grupo donde lo paso muy mal porque algunas mujeres lo acosaban abiertamente, que apenas una se daba por vencida, llegaba otra del mismo grupo a tratar de conquistarlo y no pudo estar tranquilo en toda la noche.  “Pareciera que algunas mujeres están desesperadas por entrar en una relación, independientemente de con quién.” 

“Yo no quiero a alguien así.  Quiero a una mujer despreocupada,  interesante, segura de que tiene una vida que contar, pero que se manifieste sencilla, como si no le diera importancia;  que más allá de ella misma, tenga interés por el mundo y una opinión sobre él, desde cualquier punto de vista que posea; que se ría de sus propios problemas y debilidades, que no se sienta menos por ellos; que no esté en conflicto con la vida, sino que se sienta parte de ella; que no tenga apuro de que  la amen, que yo sea el que muera por estar con ella… que sea capaz de pensar bien o mal de mí, para que me dé qué hacer por ganarme sus favores.”

“No importa si no es hermosa, de eso ya hay mucho en este mundo.  Lo que importa es poder crear un mundo con ella  y momentos de diversión,  tantos como de paz y tranquilidad.  Que sea libre de alma, para que me deje serlo también a mí, yo solo me encargaré de cerrar mi vida a su alrededor.   Y volveré una y otra vez a su lado, aunque al principio no sepa ni por qué lo hago.”

 Y es que es así muchachas, no importa como sean exterior,  ni interiormente, todas tienen algo interesante y una vida que contar, cuando estén calmadas, cuando no tengan apuro solo de ser ustedes mismas y disfrutar la vida a su alrededor.  Aparecerá alguien especial, tan especial como para reconocer lo especiales y bellas que son, más allá de cualquier característica física que posean. 

Ese día se divertirán horrores y se preguntarán de donde salió ese hombre que las entiende y las mira como nadie.  Pueden estar seguras, se los mandó Dios, solo tenían que quedarse tranquilitas y esperar que en este baile de la vida… llegará la pareja  ideal para sacarlas a bailar!

jueves, 9 de septiembre de 2010

Para afrontar el luto con esperanza: la muerte de un ser amado.

Nada hay más definitivo en esta vida que la muerte. Suena tan fuerte esta palabra, que casi siempre la asociamos con los demás y nunca con nosotros mismos. Pero la realidad es que ella llega siempre, aunque no estemos preparados para afrontarla.

Hace unos días me toco a mí. Tristemente dos veces. Primero no tan cerca, de parte de un conocido que había logrado tocar mi vida de una formal especial cuando más lo necesitaba. La segunda, de parte de mi suegro, una de las personas más sabias, amorosas e inteligentes que he conocido.

Sus familiares y amigos hubiésemos querido detener el tiempo, yo hasta llegué a hacerme la sacrílega pregunta “¿…Y por qué él?”, en cada ocasión.  Pero la segunda vez en garabatos de pregunta. Y es que entre tanto dolor, escuche un testimonio de alguien, el cual quiero  reflexionar con ustedes:

-“¿Y por qué él…? Se preguntarán algunos. Pues yo puedo responder esa pregunta…” - dijo la persona. -“Porque estaba listo. Porque su misión en esta vida ya había terminado. Y Dios que nos conoce en todo, ya lo sabía. El,” – dijo refiriéndose a su ser querido, - "ya lo sabía también, me lo había manifestado hace tan solo dos semanas," - continuó. “Me había dicho: “Puedo morir ahora mismo y me voy feliz, con Dios en mi corazón y con la tranquilidad de quien sabe que ha cumplido su misión en la vida.” ”

Estas palabras me quedaron rondando en la cabeza, me dieron consuelo y también me ayudaron a comprender más de la vida y de nuestra misión en ella y de la soberana confianza en un ser supremo que es todo amor y que todo lo sabe.

Contrario a Dios, somos como hormigas en el infinito y no podemos ver más allá de nuestra propia altura, por eso cuestionamos tanto sus leyes y decisiones. Pero, ¿y si tomamos en cuenta que Él todo lo ve y lo sabe? ¿Si llegáramos a confiar tanto en Dios como para creer que pese al dolor temporal y humano, las aguas retomarán su curso? ¿Y si además de todo, nos propusiéramos desapegarnos un poco de las cosas y dejar de pensar solo en nosotros, sino más bien en esa buena persona que no está más, pero que disfruta de la compañía de Dios y de tanta gente amada que partió antes que ella…?

Entonces sentiríamos algo de consuelo, como de quien sabe que aunque extraña al ser amado, se conforta al saber que este se fue a un viaje hermoso donde indudablemente encontrará todo lo que a diario falta en este mundo: Comprensión, amor y paz.

La muerte es un mal nombre o tal vez una mala interpretación a una palabra que en realidad indica un cambio en nuestra esencia humana y espiritual.  Esto último, lo hemos escuchado muchas veces pero aún no lo asimilamos bien.

En realidad esto significa que vinimos a esta vida a prepararnos para estar más cerca de Dios. Antes de esta vida teníamos una espiritual, donde la meta era venir a este mundo para mejorar y regresar más cerca de Dios.
Más allá de nuestra tristeza y de la añoranza por su ausencia; nuestros seres amados ya estuvieron listos para Dios aún sin ellos mismos saberlo. Si Dios en su infinita sabiduría los mandó a buscar, regocijémonos de esto… ya mejoraron su lugar cerca de El.  Recordemos también,  que el Cielo es igual al mejor mundo que cada uno imagina para su alegría y su paz, y que además, está lleno de seres hermosos y llenos de luz. ¿No es un lugar así a donde todos deseamos llegar…?

Dejemos a la vida continuar,  reconfortémosnos con los gratos recuerdos del ser querido y con la suave brisa que sopla trayéndolo en suaves caricias que nos dan paz...  No habrá nada que llene su espacio vacío, igual que no habrá nada que ocupe el nuestro a su lado, en el tibio hogar del Señor. Llegará el día en que lo volvamos a encontrar, ese día será hermoso y seremos felices de nuevo, aunque "alguien" nos extrañe a su vez…

sábado, 4 de septiembre de 2010

Las mascotas de nuestros hijos, una forma de desarrollar sentimientos y valores

Hace unos días, se vivió en mi hogar unos de los acontecimientos más tristes de los últimos meses. Peter, el “hamster canguro” que con tanto cariño y acto heroico, mi hija mayor salvó de ser sacrificado en un experimento escolar hace unos meses, murió solito, acurrucadito y triste.


Pero más triste estuvimos todos sus “familiares”. Y es que una mascota, en la vida de un niño, no es un animal cualquiera… Emocionalmente, una mascota pasa a ocupar un lugar tan importante en la vida de un niño, como lo puede ser un hermano, primo o cualquier otro pariente cercano. Y para mis hijas, Peter formaba parte de nuestra familia y nosotros éramos sus “familiares”.

Los “mayores de la casa”, mi esposo, mi hija mayor de 16 años y yo, ya veníamos viendo al animalito algo tristón. Para alegrarlo, agregamos algunos vegetales que se sugería en Internet, le sacamos “a pasear” por encima nuestro mientras trabajábamos en la computadora o nos recostábamos a ver algo en la televisión, y le dimos más cariño y mimos que de costumbre; pero lastimosamente nada de esto dio buenos resultados.

No obstante, todo lo que se hizo por Peter; al parecer dejamos una parte muy importante sin realizar. Y fue avisarles a mi hijas de ocho y dos años, que el pobre Peter estaba enfermito. En su vida tan "ajetreada" de niñas, entre escuela y amigos imaginarios, la mediana y la pequeña respectivamente, no se dieron cuenta que el animalito había dejado de correr en su rueda desde hacía unos 4 días aproximadamente. Y cuando finalmente lo descubrieron, como dormidito en su jaula, pero inerte, el shock fue demasiado grande.

Al llegar a casa aquella tarde, mi hija mediana, salió corriendo hacia mí para darme la noticia con voz angustiada. “Si hija, ya lo sé”, le dije abrazándola acongojada, pero tranquila. …Y creí que todo el mundo estaría así, hasta cuando la descubrí anegada en llanto en una esquina de la cocina, momentos antes de salir a enterrar a Peter en el jardín.

Debo confesar que me sorprendió, aunque era obvia su reacción. En ese momento no había yo asimilado (no lo recordaba de mi infancia, en realidad); la importancia tan grande que tienen para los niños las mascotas. ¡Ellos son incapaces de discriminar sus afecciones para un humano o para un animalito, los niños son tan nobles que solo saben sentir amor incondicional!

Mientras mi hija mediana lloraba, yo la consolaba diciéndole que “Dios lo mandó a buscar porque él estaba enfermo y en el cielo va a estar feliz, sin dolor y jugando con Jesusito”, pero la menor me protestaba preguntando entonces,”¿Por qué Jesusito tiene a “mi Peter”? Si yo también quiero estar con él. Pídeselo de vuelta mami…”

Fue un momento muy triste tener a mis hijas menores llorando desconsoladas sin poder hacer nada, por primera vez ante algo tan definitivo como es la muerte, pero también fue un momento muy valioso y muy bonito por lo que pude descubrir de sus corazoncitos…

De más está decir que hicimos una ceremonia: mi esposo ayudó a abrir el huequito para enterrarlo en el jardín, le pusimos del mismo aserrín que tenía la jaula para que su cuerpito no estuviera directo en la tierra; cada una de nosotras dio unas palabras de despedida y se le asignó una estrella en el cielo.

Al final de la ceremonia, Claudia, quien se había retirado unos minutos antes a buscar algo dentro de la casa, salió con un cartel hecho con hojas de cartulina azul y naranja en donde había pegado el dibujo pintado de un perrito que dormía acurrucadito y que tenía de orejas paraditas como las tenía Peter.

Con los ojos llenos de lágrimas y la voz cortada pude leer:

“El Hamster preferido para mi. Para Peter, de su familia que lo quiere mucho. Fue un placer… No te olvidaremos!”


Artículo escrito originalmente para la Revista Mamá de Hoy,  http://www.mamadehoy.com/  Adaptado para este blog por su autora Nereida Patiño.

viernes, 20 de agosto de 2010

El mejor momento para lograr quedar embarazada

Una de las preguntas más frecuentes sobre el embarazo es cuál es el mejor momento para quedar embarazada. La respuesta no es ni el tiempo de Navidad, ni el Día de San Valentín. Uno tiene que ser bueno en matemáticas, si una pareja tiene deseos de concebir, debe tener en cuenta los días de ovulación. Ahora surge la siguiente pregunta ¿cómo se debe calcular este momento crucial? Las personas que son buenas en matemáticas no tienen de que preocuparse, pero otros deberían pensar en conseguir una calculadora de ovulación.

Es importante tener algún conocimiento sobre el propio cuerpo y su funcionamiento con el fin de averiguar la fecha probable de la ovulación.
El “tiempo de la ovulación” es el período entre la ovulación y el primer día del ciclo menstrual. Este período se compone de catorce días y es el mismo para la mayoría de las mujeres. Después de los catorce días de la ovulación, comienza el período. Ahora lo que uno necesita saber es la fecha de terminación del próximo período.

Al contar nuevamente doce a dieciséis días a partir de esta fecha, es probable que se obtenga el día de la ovulación. En general, las mujeres que tienen un ciclo de veintiocho días, ovulan en el día catorce. Puesto que esto es tan importante, es fundamental conocer la fecha de la ovulación con el fin de quedar embarazada rápido. Este momento también se puede comprobar a través de la técnica de TBC o de la temperatura corporal basal.

Este es un método que contempla el registro de la temperatura vaginal cada mañana por un termómetro BBT (con una calibración fina). El termómetro muestra una temperatura más alta en el día de la ovulación que en los demás días.

Para explicar este hecho en una manera más simple, el óvulo comienza a desarrollarse a partir del final del ciclo menstrual. Entre los días 8 y el 12 está en su máximo. Así que la posibilidad de quedar embarazada es mayor si tiene relaciones sexuales el día 8 ,10 o el 12° día. Este es el momento más efectivo para quedar embarazada.

Un hecho sorprendente en una relación es que el óvulo sólo vive por un período de 12 a 16 horas en un ciclo! Muchos ginecólogos opinan que la vida de los rangos del óvulo oscila entre 12 a 24 horas. Pero los expertos en fertilidad dicen que es probable que se desprenda dentro de las 15 a 16 horas. Por lo tanto, es importante que actúen en el momento correcto!

Ahora es tiempo de cambiar el enfoque de la mujer hacía el hombre. Si una pareja tiene relaciones sexuales en forma regular, es probable que la fuerza de los espermatozoides sea menor. El conteo de espermatozoides también puede ser menor de lo que se requiere para el nivel de fertilidad. Además, el índice de motilidad de los espermatozoides también puede verse obstaculizado.

De igual manera, si la unión sexual no es tan frecuente, existen posibilidades de que los espermatozoides puedan llegar a ser obsoletos y viejos. Según la opinión de los expertos de fertilidad, para obtener el mejor resultado, el coito debe realizarse dos veces por semana.

Es sorprendente que el óvulo femenino muera dentro de un período tan corto, el esperma masculino sobrevive y se mueve por un tiempo de 2 a 5 días dentro del canal vaginal. Teniendo esto en cuenta, puede ser fructífero tener relaciones sexuales un par de días antes de la fecha de la ovulación, de modo que el espermatozoide consiga varias oportunidades para alcanzar el óvulo.

Es importante señalar aquí que, seguir todas las pautas antes mencionadas puede no ser suficiente para lograr quedar embarazada. Para obtener asistencia adicional, se puede recurrir a las técnicas holísticas naturales que ayudan a encontrar la causa real del problema, y luego indican el remedio exacto para el caso. Estos remedios son de una amplia gama, e incluyen medicamentos chinos, acupuntura, hierbas y cambios en el estilo de vida para conseguir una dieta sana y saludable.

Este artículo está basado en el libro, "Cómo Quedar Embarazada en 60 Días" de Anne Johnson. Anne es un escritora, investigadora, consultora en nutrición y salud que dedicó su vida a la creación de una solución final para garantizar un embarazo natural e invertir de forma permanente la raíz de la infertilidad.

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jueves, 12 de agosto de 2010

Lecciones de vida, el verdadero valor de las cosas importantes

El otro día recibí una de esas lecciones sencillas que Dios nos manda cuando menos lo pensamos para devolvernos a la esencia de la vida.

Yo andaba muy ajetreada por esos días, era viernes, y por “segunda vez en la semana”, nos quedamos todos dormidos en casa para enviar a mis hijas a clases.

Como pudimos corrimos contra el tiempo. Sin tráfico, la escuela nos queda a 30 minutos, no quería imaginarme a esa hora, ¿cómo sería eso?  Para colmo, en el camino, me quede sin gasolina y tuve que echar para atrás y tomar una vía más larga aún. 

Cuando se está bajo mucha presión diaria, todo se hace gigantesco y cualquier cosa puede ser la gota que derrame el agua. Mis nervios iban a explotar…  Sin embargo,  mis hijas iban tranquilas (¿?) aunque a su manera, cada una me tranquilizaba. ¡Pero yo seguía estresada! "Van a llegar nuevamente tarde", era lo único que pensaba.

Finalmente llegué al colegio 26 minutos tarde y como pasa con la mayoría de las cosas que nos ofuscan y dan nervios en la vida, no pasó nada… Y para corroborarlo, iban llegando también otros papás con sus también despreocupados hijos, “tardecito” igual que yo. Estas cosas son comunes en las escuelas…

Pero yo séguía sin asimilar mi aprendizaje del día… no había entendido nada. No, todavía no… No fue sino  al regresar del aula de mi hija pequeña cuando me percate de ellos, unos cinco niños que daban clases de Educación Física. Tendrían unos cuatro o cinco añitos y reían y jugaban en el suelo, escapados del resto del grupo, en tanto que se tiraban al “mar”. Esto último lo sé, por el lanzamiento al suelo que hacían llegado cierto punto de su carrera y por la manera en que se movían, dando brazadas grandes con los brazos y chapaleando incesantemente con los pies gritando: “Ahí viene el tiburón”.

Se veían y se escuchaban tan contentos y despreocupados… contrario a los papás que entraban y salían nerviosos a su alrededor. Y es que estos niños, al igual que cualquier ser humano, poseen todo lo que se necesita para ser feliz y estar en paz: ¡Una vida para vivirla…!

Lo bueno, es que ellos lo tienen bastante claro, como niños que son.  En su mundo, la tensión no existe. Bendito Dios que así es.   Sobra decir que me devolvieron la paz perdida, ya que con su actitud, sirvieron como cámara de compresión para devolverme al verdadero valor de las cosas importantes…

No importa lo que nos afecte a cada uno, lo que nunca debemos olvidar y que me demostraron estos niños, con mis hijas incluidas, es que la armonía, la paz y la alegría siempre están a la mano cuando hay vida, para quien las quiera tomar… aún en la mayor de las dificultades. Lo trataré de recordar la próxima vez.

Aprendamos de nuestros hijos, sigamos su ejemplo. Aprendamos nuevamente a encontrar lo bueno y bello en lo simple y cotidiano de cada minuto de vida. En ello se contiene el amor de Dios y la felicidad, nuestros hijos lo saben mejor que nadie y nos lo tratan de enseñar cada día, aunque seamos reacios a entenderlo…


Artículo escrito originalmente para Revista Mamá de Hoy,  http://www.mamadehoy,com/   Adaptado para este blog por su autora Nereida Patiño.

martes, 10 de agosto de 2010

La vida escolar: un paso importante en el desarrollo de nuestros hijos.

Este año nos vimos forzados a ingresar al colegio a mi hija menor de tres añitos de edad por la falta de alguien que la cuidara en casa.

En el  "Maternal A", nos esperaban tres esmeradas maestras, luchando por atender a todos niños, niñas, mamás y papás incluidos; y además, por consolar a los niños más tímidos, a los cuales el colegio, hermoso, grandíííísimo y listo para enseñar a tantos niños, los tenía literalmente espantados.

Debo decir, que yo fui del grupo de mamás que se regresó feliz ese primer día. Al fin, mi hija había encontrado la “cantera" de niños con quienes jugar y conversar que le faltaba en casa. Con esa felicidad transcurrieron los primeros cuatro días de colegio, hasta que el viernes, al llegar a casa, mis hijas más grandes me comentaron que su hermanita estaba hirviendo en fiebre… También venía mocosita… “Se resfrió en la escuela”, pensé. Pero la revisé mejor…

¡Ay… no¡ - me lamenté solo de descubrirle un poco la ropa,- ¡Ronchitas… y le dolían… y estaban rojitas… y como vejiguitas…! “¡Variceeeela!!!” - Grité angustiada

El médico confirmó mi diagnóstico. “Estará “incapacitada” por el momento… hasta cuando se caigan casi todas “las cascaritas y casi no se le vea nada…””. - Fue lo que ordenó.

Eso me hizo pensar que aunque para ella todo seguirá normal, pués volverá feliz a clases, sin lamentar el tiempo perdido, para mí algo cambió; y creo que también es así, para cada mamá que inicia con alguno de sus hijos la etapa escolar.

Ya “mi hijita” y lo que viva de aquí en adelante, más nunca estará solo reducido al control y cuidado del hogar; ahora también formará parte de un grupo externo... y aunque dentro de ese grupo experimentará cosas hermosas; también tendrá experiencias que como mamá, algunas veces quisiera poder evitarle; más entiendo, que vivirlas la harán crecer y ser más fuerte física y emocionalmente.

La escuela, será una etapa bonita, donde no tendré mucha intervención y donde la veré crecer y transformarse por experiencias y situaciones ajenas a mí y casi sin darme cuenta. Viendo hacia el futuro, algún día mi hija ya no me parecerá tan pequeña e indefensa como me parece hoy. En ese entonces me sorprenderé de lo fuerte y competente que será… Y me sentiré orgullosa de ella, sin comprender mucho como lo logró… 

Indudablemente, será la vida escolar, que inicia en un día bonito en nuestros recuerdos; aunque sin mayor trascendencia, ni tropiezo en nuestro diario vivir, la que acogerá a nuestros brotecitos y los transformará en unos árboles fuertes e inmensos, difíciles derribar... También es como un lienzo, donde ellos pintarán sus experiencias ante todo tipo de vivencias y nos entregarán un cuadro hermoso e inigualable, lleno de múltiples colores, llamado “Auto-retrato.

Sí, debemos contener nuestro sentido de protección y dejarlos ser, solo así su vida fluirá...