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“Nueve puntos formando un cuadrado y cuatro líneas que los marquen a todos sin dejar ninguno fuera, ni sobreponerse una línea sobre otra. ¿Cómo se hace?”
Así empezaba un seminario que tomé recientemente sobre emprendimiento. De treinta personas, solo una pudo encontrar la respuesta. Yo todavía hoy tengo que dibujar los puntos y marcar las líneas para recordar como se pudo…
La única respuesta correcta en cualquier dirección es: Saliéndose de la forma visual del cuadrado, es decir: “Olvidándose de lo que está establecido de una u otra forma.” Recordemos que nada está escrito, ni dicho en piedra.
Mucho de lo establecido, no son más que paradigmas (ideas o hechos aceptados como verdaderos o falsos sin ponerlos a prueba) y estamos llenos de ellos. Sin embargo, hay que romper con ellos a veces para encontrarle rumbo a nuestra vida. Debemos ir en dirección diferente a lo establecido, si nos damos cuenta de que no nos está funcionando y buscar nuevas alternativas, ante cualquier dificultad y en cualquier situación.
No siempre lo usual o común es lo “conveniente” para nosotros. Cada persona es un ser tan diferente de otro, con situaciones y circunstancias que quizá puedan parecer iguales, pero que el solo hecho de incluirnos les hace únicos, y es que también los seres humanos somos únicos. Entonces entendamos que no siempre lo que es ideal para otros, necesariamente es bueno o apto para nosotros.
Aprendamos a ser diferentes, con circunstancias y formas diferentes, “convenientes” para nosotros. Transformemos nuestro mundo para mejor, partiendo de nuestro individualismo y de nuestra felicidad. Si nosotros logramos ser felices, rompiendo con los paradigmas que nos retienen y desarrollando ideas que nos hagan bien, de seguro seremos felices y contribuiremos con ellos a un mundo mejor.
Recordemos, no todo lo establecido es lo ideal para nosotros. Tenemos la libertad de salirnos del cuadrado. Después de todo… Es nuestra vida!